miércoles, 29 de junio de 2011

El Milagro de Chapultepec

Cartón de Hernández
Por Lydia Cacho
La mujer de 60 años tomó tres camiones y caminó ocho kilómetros en el vía crucis de las víctimas de la guerra. Su hijo de 24 años le pidió que no fuera a ver a don Sicilia, pues ya lo iba a recibir el lugarteniente 23 de Los Zetas que tiene el listado de desaparecidos de Durango, Tamaulipas y Coahuila. La madre tomó su rosario y fue a pedirle al poeta que le llevara su caso al presidente Calderón.

Después de tres años de suplicar ante el Ministerio Público (MP), rogar al alcalde, de antesala con el gobernador, la madre de los dos jóvenes desaparecidos pensó que ahora sí tendría suerte de ser la señalada por la magnánima mano presidencial para resolver uno de los miles de casos de desapariciones, ¿por qué no un milagro? La negociación con el hijo fue clara: si no nos recibe el Presidente, pues le seguimos con los otros, pero que alguien nos ayude a encontrarlos.

Cuarenta mil personas asesinadas, cientos de desapariciones forzadas (llevadas a cabo por alguna autoridad) y miles de secuestros sin investigar, sin resolver. Y las marchas convocadas por Javier Sicilia unificaron el clamor de un país que ante la imposibilidad de obtener justicia se somete al espejismo del milagro. A la esperanza de que por alguna razón políticamente inexplicable, el presidente Calderón haría un acto de contrición y pediría perdón a México y, allí mismo, movido por un escapulario y por las lágrimas de las madres, anunciaría el retiro de las tropas y la acción efectiva del MP para investigar los miles de casos rezagados o ignorados por las procuradurías locales y federal en los últimos cinco años.

Además de ser reportera, durante 10 años he dirigido un refugio de alta seguridad para víctimas de violencia en el que he aprendido que por más que se trabaje en la defensa de las víctimas, sólo el 4.5% de los casos concluye en investigación, y de esos apenas el 2% llega a un juez.

En 2004 (antes de la guerra y los 40 mil muertos) de los 11 millones 900 mil delitos cometidos, sólo un millón y medio fueron reconocidos por el MP para ser investigados. Disculpe usted que me repita, de los casi 12 millones de familias que acuden a la autoridad a pedir “ayuda” para resolver los delitos, 10 millones recibirán un portazo en las narices. Ahora súmele la guerra.

Pero más allá de los actos públicos, una tercera parte de las y los denunciantes en México dicen que luego de dos años no sucedió nada con su caso. Los MP, a su vez, dicen que tienen rezago de 24 meses en los estados del Norte. Según la SSP federal, hay 426 mil 600 policías en el país y sólo 36 mil 600 dedicados a la investigación. Diez mil van al Ejército y la Marina; quedan 20 mil 600 investigadores para todo México. Haga sus cuentas. El Inacipe dice que casi dos terceras partes de los casos se pierden en tribunales porque los MP no saben redactar y el contenido de las denuncias es incomprensible para los jueces.

Las familias buscan a los gobernadores o al Presidente porque por ley es el Ejecutivo quien legalmente tiene el control de los dos brazos operativos más importantes del sistema de persecución penal: el Ministerio Público y la Procuraduría sólo obedecen al gobernador y al Presidente.

Es una práctica común de los gobernantes elegir a víctimas que desarrollan liderazgos sociales para después convertirlas en aliadas, en merecedoras del diálogo patriarcal, en “asesoras”; para neutralizar su poder de movilización y su fuerza moral. No es casualidad que Calderón, en su encuentro con Sicilia, abrazara a la madre que suplicó y no a la que habló desde la dignidad y la igualdad. Buscar el diálogo es importante, reconocer la carga política e histórica de dichos encuentros lo es también. Pero sería grave que concluyan en actos de intervención presidencial caso por caso, y no en cambios estructurales.

Lo cierto es que cada quien tiene su agenda; las madres y los padres vuelven a sus tierras desoladas, donde la autoridad paralela les espera ofreciéndoles resolver lo que el sistema no puede.


Publicado en El Universal, lunes 27 de junio de 2011

martes, 28 de junio de 2011

La Hora de la Sociedad.

Por John M. Ackerman

En lugar de desgastarse buscando reuniones con Felipe Calderón, el emergente movimiento nacional por la paz, la justicia y la seguridad debería abocarse a articular una acción social plural, combativa y de largo aliento. Antes de atender al poder y sus condiciones, habría que acercarse a los ciudadanos y sus necesidades. De otra forma, se podría perder una oportunidad histórica para transformar de raíz a nuestra dolida nación.

El sexenio de Calderón ya se encuentra en su fase terminal y el Presidente ha sido claro en que no contempla modificar ni un ápice su estrategia de combate al crimen organizado. Según él, tiene la ley, la fuerza, y la razón de su lado y simplemente no existen otras opciones de actuación. Ante su comprobada cerrazón, tiene poco sentido construir escenarios para convencerlo de que debe cambiar de rumbo o hacerlo escuchar a las víctimas. Y aun si por arte de magia de repente el ocupante de Los Pinos se despertara de su terquedad, simplemente no le quedaría tiempo para trazar salidas alternas a la actual emergencia nacional.

La ruta del movimiento debería caminar por otro sendero. Por ejemplo, el encuentro programado para el 10 de junio en Ciudad Juárez constituye una gran oportunidad para la articulación y movilización de una amplia diversidad de grupos y demandas sociales. Esa dolida ciudad es simbólica no solamente por la grave crisis de seguridad pública que se vive hoy, sino también porque allí se desnudan de manera particularmente clara las contradicciones de la inserción de México en el mercado global, que envía cada vez más mexicanos al subempleo maquilador y al extranjero para trabajar como ilegales en condiciones infrahumanas.

Así como Emiliano Zapata revivió en la Selva Lacandona en 1994 para enfrentar la marginación de los pueblos indígenas, hoy se abre la oportunidad para que una versión moderna y pacífica del general Pancho Villa y sus dorados eche a andar procesos sociales de transformación desde la frontera norte. Así como los Tratados de Ciudad Juárez del 21 de mayo de 1911 llevaron a la renuncia de Porfirio Díaz, hoy los Acuerdos de Juárez cien años después también podrían ser el inicio de un cambio radical en los regímenes de dominación y acumulación del país, así como el momento perfecto para insistir en la renuncia de Genaro García Luna y del mismo Calderón.

Javier Sicilia ha demostrado una gran sensibilidad al tomar en cuenta la demanda de los juarenses de que el 10 de junio sea auténticamente social, sin la participación del gobierno. Los habitantes de esa ciudad están particularmente hartos de los estériles pactos gubernamentales, como el inútil Todos somos Juárez, firmado en febrero de 2010. Saben que la participación de representantes de instituciones corruptas y ineficaces solamente contaminaría una auténtica expresión de resistencia y propuesta ciudadana.

Ahora bien, así como ha escuchado a los juarenses, Sicilia también tendría que tomar en cuenta los cuestionamientos y las propuestas que han surgido con respecto al Pacto por un México en paz, con justicia y seguridad, presentado el 8 de mayo. Si bien cada uno de los seis puntos tiene gran valía en lo general, existen debates importantes con respecto a las propuestas específicas. Por ejemplo, no hay duda de que habría que reformar el fuero de los legisladores para evitar su abuso, pero simplemente eliminarlo para una serie de delitos, como propone el documento, podría afectar de manera importante la independencia parlamentaria. Asimismo, si bien podemos estar de acuerdo en que hace falta establecer mecanismos de democracia participativa, avalar la versión de candidaturas independientes aprobadas por el Senado, como pide el pacto, podría generar una situación de captura total de las elecciones por los poderes fácticos.

También llama la atención que el pacto en ningún momento plantea el retiro de las fuerzas militares de las calles ni la eliminación del fuero militar. Tampoco impone un plazo perentorio para la democratización de los medios de comunicación electrónicos, cuando sí lo hace para otras demandas. Otra ausencia es que el documento no contiene propuestas para repartir de manera más equitativa la riqueza nacional o meter en cintura a los poderes fácticos. Pero quizás la laguna más importante es la falta de planteamientos específicos con respecto al papel que juega el gobierno de Estados Unidos en la crisis actual y la necesidad de defender la soberanía nacional.

Así, en lugar de simplemente pedir adhesión a un documento elaborado en el escritorio de unos cuantos analistas y establecer comisiones civiles de verificación y seguimiento para asegurar su cumplimiento, Sicilia debería abrir el documento a una amplia consulta pública donde todos podamos participar en la confección y debate de un verdadero replanteamiento del futuro de la nación. Así, el poeta daría un claro ejemplo de disposición al diálogo y una gran lección de apertura democrática a Calderón y su gabinete. De lo contrario, podríamos llegar a la situación absurda de tener que tomar las calles de nuevo, ahora para exigirle al poeta que nos escuche a la ciudadanía.

La campaña No + sangre ha calado hondo en la sociedad mexicana y en unos cuantos meses ha logrado articular un discurso común de repudio hacia la guerra ilegal y fallida de Calderón. El 8 de mayo, esta consigna e imagen caminaron en solidaridad con el dolor de Sicilia y cientos de otras víctimas. Ahora es el momento de convertir este descontento en un amplio movimiento social de nuevo signo, basado en una participación ciudadana autónoma y combativa que busca una transformación profunda del país.

miércoles, 8 de junio de 2011

Convocatoria: 120 palabras X No + Sangre

Cada palabra es importante y cada minuto cuenta.
Te invitamos a reflexionar y a expresar tu punto de vista sobre la emergencia nacional que hoy sufrimos todos los mexicanos y que ha causado más de 40,000 muertos, así como decenas de miles de desaparecidos y huérfanos.
Genaro Góngora Pimentel • Miguel Ángel Granados Chapa • familia Reyes Salazar • Olga Esparza y otros familiares de desaparecidos •  Nayeli Sánchez • Adrián Lujan  • Imelda Maruffo • Lorenzo Meyer • Lydia Cacho • Joaquín Cosío • Bruno Bichir • Nelly Muñohierro • Elena Poniatowska • Eduardo del Río “Rius” • Rafael Barajas “El Fisgón” • Monero Hernández • Antonio Helguera • John M. Ackerman • Pedro Miguel • Irma Eréndira Sandoval • Edgar Cortéz • Rocío Culebro • Alejandro Magallanes • Epigmenio Ibarra • Ricardo Rocha • General Francisco Gallardo • Regina Orozco • Astrid Hadad • El Mastuerzo • María M. Villa • Dolores Heredia • Jesusa Rodríguez • Ofelia Medina • Laura Esquivel • Eduardo Huchim • Ana Lilia Pérez • Sanjuana Martínez • Jesús Ramírez Cuevas • Miguel Badillo • Víctor Quintana • Javier Sicilia • Agnieszka Raczynska • Miguel Pulido • Dolores González Saravia • Ángeles López • Blanca Martínez • Silvano Cantú • Blanca Hernández • José Marroquín • José Martínez • Patricia Arendart • Jorge de la Peña •Virgilio Caballero • Gustavo Sánchez Parra • René Jiménez Ornelas • Elisa Godínez • Rossana Reguillo • Carmen Cardenal • Blanca Salces • Jorge Zárate • Ana Ofelia Murguía • Alonso Arreola y Mardonio • Judith Calderón • Netzaí Sandoval • "Las Reinas Chulas" • “Airenuevo Música” • Minerva Hernández • David Manrique • “Aurora y la Academia” • Massimo Modonesi • Alberto Betancourt • Ariadna Estévez • Amilcar Sandoval • René Sánchez Galindo • Jaime López Vela • Sergio Bonilla • Óscar Chávez

¡PARTICIPA!
Deja en este post tu participación, en aproximadamente 120 palabras (1 minuto) y difunde la convocatoria.

miércoles, 1 de junio de 2011

Boletín de Prensa "1 Minuto X No + Sangre"

Frente a la violencia e inseguridad que privan en el país, la iniciativa “No + Sangre” realizará el próximo lunes, 6 de junio el acto “1 Minuto X No + Sangre” con la participación de intelectuales, artistas, periodistas, caricaturistas, músicos, víctimas, y organizaciones de derechos humanos.  Cada participante expresará hasta por un minuto su punto de vista sobre la emergencia nacional que hoy sufrimos todos los mexicanos y que ha causado más de 40,000 muertos, así como decenas de miles de desaparecidos y huérfanos.  Esta es una oportunidad para reunir a los que desde hace meses y desde diversas posturas ideológicas y políticas se han venido expresando a favor de la desmilitarización y la paz, así como por el fin de la impunidad y la corrupción en México.

La cita es lunes 6 de junio, en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez No.30, Centro Histórico, a partir de las 9:45 hrs.

Con la participación de: Genaro Góngora Pimentel, Miguel Ángel Granados Chapa, Lorenzo Meyer, Lydia Cacho, Joaquín Cosío “El Cochiloco”, Bruno Bichir, Elena Poniatowska, Eduardo del Río “Rius”, Rafael Barajas “El Fisgón”, Monero Hernández, Antonio Helguera, John M. Ackerman, Pedro Miguel, Irma Eréndira Sandoval, Edgar Cortez, Rocío Culebro, Alejandro Magallanes, Epigmenio Ibarra, Ricardo Rocha, General Francisco Gallardo, Julio Hernández “Astillero”, Regina Orozco, Astrid Hadad, Poncho Figueroa, Juan Carlos Bonet, Dolores Heredia, Jesusa Rodríguez, Ofelia Medina, Laura Esquivel, Eduardo Huchim, Ana Lilia Pérez, Sanjuana Martínez, Jesús Ramírez Cuevas, Miguel Badillo, Víctor Quintana, Virgilio Caballero, Gustavo Sánchez Parra, René Jiménez Ornelas, Jesusa Cervantes, Rossana Reguillo, Carmen Cardenal, Blanca Salces, Jorge Zárate, Ana Ofelia Murguía, Alonso Arreola, Judith Calderón, Netzaí Sandoval, "Las Reinas Chulas", “Airenuevo Música”, Minerva Hernández, David Manrique, “Aurora y la Academia”, Massimo Modonesi, Alberto Betancourt, Ariadna Estévez, Amilcar Sandoval, René Sánchez Galindo, Jaime López Vela, Sergio Bonilla

Javier Sicilia (mensaje), la familia Reyes Salazar, Olga Esparza (Comité de Madres de Jóvenes Desaparecidas de Juárez) y otros familiares de desaparecidos,  Nayeli Sánchez (Red por la Paz y la Justicia), Adrián Lujan (Redes Universitarias de Ciudad Juárez), Imelda Maruffo (Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez), Agnieszka Raczynska (Red Todos los Derechos para Todos), Miguel Pulido (Fundar), Dolores González Saravia (SERAPAZ), Ángeles López (Centro DH Victoria Diez), Blanca Martínez (Centro DH Fray Juan de Larios), Silvano Cantú (Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de DH), Blanca Hernández (Fundación Diego Lucero), Julio Mata (AFADEM-FEDEFAM), José Marroquín (Pro Juárez), José Martínez (Comisión Independiente de DH de Morelos), Patricia Arendart (Greenpeace), Jorge de la Peña (Asistencia legal por los DH).

Cuidad de México, 1 de junio de 2011




Contacto prensa:
Nelly Muñohierro nmunohierro@gmail.com
María Villa maria.lampara@gmail.com